El último día de Noviembre de 2022 se llevó a Christine McVie, quien fuera miembro fundamental en la época dorada de Fleetwood Mac. Su nombre de pila era Anne Christine Perfect, había nacido el 12 de julio de 1943 en Lancshire, Inglaterra. Christine había aprendido música clásica desde niña y cuando en los sesenta se produjo la eclosión de Rock ella quiso ser parte de esa pulsión. Entró en el grupo Chicken Shack y después publicó un disco en solitario como Christine Perfect. En1970 fue invitada a ingresar en Fleetwood Mac. Compuso canciones de enorme sensibilidad y tenía un elegante aspecto británico, entre lo Folkie y lo Hippy. Aunque creo que las mejores canciones de Fleetwood Mac las compuso Lindsey, Christine escribió grandes temas, tenía una hermosa voz, grandes conocimientos musicales y era el miembro más equilibrado del conjunto (se lo pusieron fácil). En 1998 ingresó al Salón de la Fama del Rock.
Los Origenes de Fleetwood Mac
Fleetwood Mac se había formado en UK en 1966, cuando Peter Green, Mick Fleetwood y John McVie abandonaron la banda de John Mayall y decidieron montárselo por su cuenta pero sin apartarse del Blues-Rock. Christine que aún tenía su banda, estaba muy interesada en Fleetwood Mac y de esa forma conoció a John McVie. Se empezaron a ver y terminaron casándose. Poco después, Christine se uniría a la banda. Ese mismo año, el fundador Peter Green, abandonó la banda debido a sus desequilibrios mentales, agravados por su continuado abuso del LSD. Otro guitarrista de la banda, Jeremy Spencer un buen día se fue a comprar una revista y no volvió. Dias después, el resto de la banda supo que se había unido al grupo religioso “Los Hijos de Dios”.
El fichaje del dúo Buckingham-Nicks
En los años posteriores la banda fue abriéndose a otros estilos de Rock aunque sin abandonar del todo su querencia Bluesera. Hacían algunas canciones interesantes, pero no estaban, en las primeras líneas de la escena de la música Pop de principios de los Setenta. En 1974 Bob Welch se va del grupo y Mike tiene que recomponerlo por enésima vez. Fue entonces cuando Mike Fleetwood -que ejercía de líder desde la marcha de Peter Green – conoció a la pareja formada por Lindsey Buckingham y Stevie Nicks. El tenía nombre de “ella” (Lindsey) y ella tenía nombre de “el” (Stevie) y eran norteamericanos, frente a los miembros originales del conjunto que eran británicos. Acababan de grabar un álbum que había pasado desapercibido. Pero Mike quedó impresionado con la calidad de Buckingham como guitarrista y le invitó a entrar en la banda. Lindsey puso como condición que también entrase Stevie-su chica- y Mike aceptó, siempre y cuando Christine McVie aceptase a Stevie. Christine dio el visto bueno, y la joven pareja de novios entró a formar parte del conjunto. Comenzó así la época más exitosa de Fleetwood Mac y también la más convulsa. Como diría Jose Maria García, “ojo al dato”, a esas alturas, la pareja Buckingham-Nicks ya hacía aguas en plano sentimental. Stevie dormía fuera de casa con cierta frecuencia y regresaba porque no andaba bien de “pasta”. Trabajaba de camarera y el disco que habían grabado junto a Lindsey no había dado para mucho. Entrar en Fleetwood Mac era “la oportunidad” de conseguir fama y dinero y había que mantener el tipo. Eso implicaba seguir unidos y no empezar dando problemas en la nueva banda. Así que la relación Buckingham-Nicks se prolongó envenenadamente por interés.
Refundación y cambio de rumbo
Con esos mimbres – nuevos músicos, nuevos estilos- lanzaron su álbum de refundación -Fleetwood Mac a secas – donde todas las composiciones fueron a cargo de Christine McVie y los recién llegados Buckingham y Nicks. Algunos retazos de Blues y Rock progresivo, pero sobre todo Soft-Rock – muy de moda a mitad de los setenta- y Pop-Rock, adelantándose un par de años a los muchos grupos de New Wave que recuperaron las raíces de los sesenta (Beat). Un disco interesante, con temas brillantes como Monday Morning (L. Buckingham) o Say You Love Me (Christine McVie). Consiguió el nº 1 en listas USA y era un anticipo de lo que iba a ser su siguiente trabajo.
La genial Monday Morning del Album Fleetwood Mac de 1975
Rumours
Se grabó en 1976 y salió a la venta en 1977, hace ahora 45 años. Un año clave en la Transición Política Española. Se legalizó el Partido Comunista y se celebraron las primeras Elecciones Generales. Fue también el año del estreno de La Guerra de las Galaxias. En el mundo del Rock pasaron muchas cosas; murió uno de sus primeros padres – Elvis Presley– y se publicaron discos como Even in the Quiest Moments de Supertramp (con Give a Little Bit como tema estrella), Animals de Pink Floyd, Heroes de David Bowie, Slowhand de Eric Clapton, Hotel California de Eagles. Eclosión del Punk y la New Wave (discos de The Jam, The Clash, Sex Pistols, Blondie, Ramones y otros muchos). Pero probablemente el mejor disco de ese año fue Rumors de Fleetwood Mac. Las revistas Billboard, Cashbox, Rolling Stone y Record World lo nombraron el álbum del año
Se han vendido más de cuarenta y cinco millones de copias, lo que lo convierte en el octavo más vendido de la historia de la música Pop en general, y el quinto más vendido si nos quedamos sólo con los LPs de Rock (quitando de la lista a Michael Jackson a Whitney Houston y Saturday Night Fever). Las sesiones de grabación comenzaron en Febrero de 1976 y se prolongaron durante meses, se utilizaron diversos estudios en Florida y sobre todo en California.
El Lodazal
Fue un milagro que Rumours llegase a grabarse. La banda tenía un fuerte compromiso con la discográfica para sacar nuevo álbum, pero las relaciones entre sus miembros se habían sumido en un atolladero descomunal. Comencemos por el “padre espiritual” del grupo. Mike ya había sufrido un fuerte desengaño amoroso que acentuó su ya elevada adicción al alcohol. Su mujer- Jennie Boyd– le había engañado con uno de los guitarristas que tenía la banda. Jennie era hermana de Pattie Boyd casada con el Beatle George Harrison (después Patty se casó con Clapton, amigo de George y que había compuesto ya en 1970 la famosísima Layla en honor de ella). Mike terminaría divorciándose de Jennie.
Pero la infidelidad de Jennie (que no era miembro del grupo) hacia Mike fue sólo el preámbulo y la punta del iceberg. El ambiente Californiano aún conservaba influencias del pasado Hippy. Abundaban las drogas de todo tipo y la libertad sexual a ultranza. Era un cocktail difícil de digerir para cualquier matrimonio o similar. Las parejas Lindsey-Stevie y John-Christine se derrumbaron sin remedio. El colapso emocional fue mayúsculo. Había una lucha interna en cada pareja y autodestrucción a raudales. Grabar un disco en esas condiciones era aparentemente imposible.
Christine, tras ocho años casada con John, se enamoró de uno de los técnicos de sonido. Christine seguía queriendo a John y reconocía que era un gran tipo. Pero coincidir todo el tiempo -en casa y en el grupo- implicaba una sobrexposición mutua. Aunque lo peor era la desmesura de John con el alcohol. Entonces se volvía un tipo complicado y difícil. Christine compuso You Make Lovin´ Fun en referencia Curry, el técnico de sonido. Al principio fueron discretos, pero era imposible mantener en secreto aquel affaire. John se enteró, quedó destrozado y trató de recobrarse ligándose a una chica que conocería en alguno de los garitos que los tres chicos del grupo frecuentaban durante los meses de la grabación. Christine y John trataban de mantener una relación cordial, pero los excesos de John no favorecían la concordia. Empezaba el día desayunado vodka con naranja. Una noche, John McVie llevó al estudio a Sandra, su nueva novia. Christine -molesta- dijo que otro día traería al estudio a Curry, su nuevo chico. Entonces, en un alarde de cinismo, John le dijo que se negaba a ello. “Yo no tengo ningún problema con que tú traigas a Sandra”, respondió su todavía esposa. “¿Por qué habrías de tenerlo tú si traigo a Curry?”. El tranquilo John estalló: “¡Porque Sandra no significa nada para mí!”. Sandra se acercó a él, le tiró a la cara una copa de champán y salió del estudio dando un portazo.
La otra pareja – Lidsey Buckinham y Stevie Nicks- fue aún más lejos. Como decíamos, la crisis venía de años atrás. Stevie le daba fuerte a diversas substancias y durante su noviazgo con Lindsey, había probado otras camas. Como consecuencia, estaban a punto de romper cuando llegó la oportunidad de entrar en Fleetwood Mac. Eso solo empeoró el problema. Stevie se fue enrollando sucesivamente con distintos personajes de la escena Rock californiana. Entre otros, tuvo relaciones con Don Henley y con Joe Walsh, ambos de Eagles. De este último dijo que fue el gran amor de su vida. Pero duró muy poco. Según Stevie, rompieron a causa de los excesos de cocaína. También reconoció que en otra noche de abundancia de coca y en la habitación que compartía con Christine durante los meses de grabación, había pasado todo lo que la imaginación de una mujer puede alcanzar en su mente. Por si fuera poco, se decía que Lindsey era voyeur y le gustaba ver a Stevie mientras se acostaba con otros. Pero es posible que este extremo fuese un invento de la prensa. Porque lo cierto es que Lindsey también llevó fatal las deslealtades repetidas de su novia. Quizás la más dolorosa fue -pero esto ya al año siguiente- cuando se enteró que Stevie también se estaba liando con Mick Fleetwood, quien por su parte había vuelto con su exmujer Jennie Boyd, hasta que esta se enteró de lo de Stevie y rompió con Mike, esta vez de manera definitiva.
Al lado de Fleetwood Mac otras estrellas de la escena del Rock como Mick Jagger o Sid Vicious -por citar dos elementos de cuidado- parecen meros aprendices de golfetes. La banda angloamericana llevó el axioma Sex, Drugs and Rock and Roll hasta el paroxismo.
El “Puticlú”
Cuando estaban grabando en Sausalito (California), alquilaron dos casas cercanas para vivir. Las chicas de la banda – Christine y Stevie- pronto abandonaron tal lugar y se fueron a compartir un piso (al que se refería Stevie cuando relató que en una noche de coca había pasado todo lo que una mujer puede imaginar). El motivo de marcharse al piso fue que aquellas casas eran en la práctica burdeles a medida de los tres tíos del grupo. La verdad es que Christine y Stevie siempre se llevaron bien. Christine fue muy generosa al permitir la incorporación de Stevie al conjunto, y nunca tuvo celos del mayor éxito de Stevie. Lindsey también terminó buscándose un piso por su cuenta. Así que los dos muchachotes ingleses -Mick y John- se quedaron con el “puticlú” para ellos solos.
Las sesiones de grabación
Respecto a las sesiones de grabación sucedían de la siguiente forma; Muchas veces, y dado que bebían como esponjas, llegaban ya pasadísimos al estudio de grabación. Era sólo el comienzo, pues el estudio de grabación no carecía de nada. Tanta era la abundancia de drogas, que pensaron en incluir en los créditos del álbum el nombre del camello que les proveía sin descanso.
Los tres británicos del grupo (Mike, John y Christine) eran mucho más dados al alcohol que los americanos (Lindsey y Stevie) y todos ellos a todo tipo de drogas. Mike confesó que si hubiera puesto una tras otra todas las rayas de cocaína que esnifó durante los meses de la elaboración del álbum hubieran formado una línea blanca de ¡Once kilómetros! Y eso que la coca, no era aún una droga de moda.
Por el estudio aparecían amigos, amigas, ligues diversos y advenedizos varios. El día se lo pasaban de fiesta, de vacile, de desparrame alcohólico, de marihuana, coca y ácido. Empezaban a grabar pasada la medianoche. Pero la tensión era enorme y más en aquel estado. Ya dijimos que John tenía “muy mal vino” pero es que Lindsey podía ser peor. Parece que iba un tanto de listillo y de machote guaperas, aunque a esas alturas, las frecuentes infidelidades de Stevie ya le hubieran bajado el ego. Lindsey era un genio en lo musical, gran compositor, capaz de tocar casi cualquier instrumento, de ser un virtuoso de la guitarra, de reenfocar canciones buenas para convertirlas brillantes. Fue quién -con el beneplácito de Mike Fleetwood- condujo la banda hacia un Pop-Rock mucho más trepidante que lo que habían grabado en los años previos. Y aunque Christine y Stevie también hicieran grandes temas, fue Lindsey quién compuso más éxitos. Pero lo dicho, era bastante capullo y a veces el resto del grupo tenía que pararle los pies. Por ejemplo, cuando John McVie, cansado de los caprichos y exigencias de Lindsay le lanzó a la cabeza una botella de vodka. Probablemente la puntería de John no estaba en su mejor momento y Lindsey se libró del botellazo.
Pero lo realmente determinante fueron los naufragios afectivos. El hundimiento moral y sus consecuencias; la amargura, el rencor, los reproches. Todos fueron en mayor o menor medida víctimas y villanos.
A veces las parejas desechas no se dirigían la palabra durante horas, hasta que llegaba el momento de juntarse frente a un micrófono. Se insultaban frente a frente y al momento, cuando el técnico indicaba que comenzaba la grabación, daban lo mejor de sí mismos.
Richard Dashut, el ingeniero de sonido y productor reveló que los miembros del grupo acudían frecuentemente a contarle sus penas; “Hubo lágrimas”, reveló Dashut en la biografía de Stevie Nicks. “No creo que hubiera un solo momento en que alguno de nosotros no llorase. Había rabia, gritos…”.